Nuestro destacado seleccionado nacional venció a los mejores atletas de cada región del país, demostrando su alto nivel en esta disciplina de atletismo
Orgullo y talento. Nuestro estudiante Salvador García brilló una vez más al ganar la medalla de oro en lanzamiento de martillo durante los Juegos Escolares Deportivos y Paradeportivos – Etapa Nacional. Salvador, quien es campeón nacional sub-20 de esta disciplina, se impuso frente a los representantes de las cinco regiones que clasificaron a la etapa Nacional, entre ellas Trujillo y Tacna.
El 25 y 26 de noviembre, nuestro deportista compitió en la sede de la Villa Deportiva Nacional (Videna) logrando ubicar el martillo a una distancia de 59 metros y llevándose así la medalla de oro.
A pesar de su nutrida experiencia, Salvador se preparó físicamente y mentalmente para estas pruebas. Además, casi en paralelo, se preparó para el Campeonato Sudamericano Sub-18 realizado en Argentina, donde consiguió el sexto lugar.
Para conseguir estos resultados, el apoyo incondicional de su entrenador en la Videna y en el colegio, Jonathan Montejo, y su familia, fueron vitales. «Siempre he pensado que somos un grupo: familia y entrenador deben tener comunicación. Si sale algo mal, a todos nos pone triste y si uno gana, todos ganamos», afirma Salvador.
Además, el ritual de nuestro seleccionado nacional de atletismo sub-18 es vital para elevar su concentración y energía en cada prueba. «Un día antes descanso, no hablo con nadie, pongo música todo el día y apago el celular. Normalmente escucho trap. La música me ayuda a concentrarme, siento su energía y cómo me la transmite», detalla.
Ninguna competencia es sencilla
Durante los Juegos Escolares, el principal reto que enfrentó Salvador fue el cambio de peso de los martillos durante las cuatro competencias: UGEL, Regional, Macro Regional y Nacional. Durante la primera etapa, lanzó un martillo de tres kilos, mientras que en la Macro Regional, lo hizo con uno de cuatro kilos. Ya en la etapa final, pudo competir con un martillo de acero de cinco kilos.
«Por el hecho que estoy acostumbrado a lanzar cinco kilos, mi cuerpo me da fuerza y velocidad para ese peso. Al cambiar a 4 kilos giro más rápido, o tal vez ya no lo controlo. Eso fue lo que más se me dificultó», recuerda Salvador. En paralelo, la infraestructura de la jaula desde donde se hacen los lanzamientos también presentó un reto que superar, ya que al ser algo más pequeña, Salvador temía chocar contra la red.
«Si entraba en la jaula pero, por no estar acostumbrado a una más pequeña, me daba miedo estirar mis brazos y chocar la red. O también el plato donde yo giro, normalmente es liso pero en el Estadio Chipoco estaba rugoso», comenta nuestro campeón.
Hoy en día, Salvador está a semanas de culminar su último año escolar y espera seguir cultivando logros y equilibrarlos con su próxima vida universitaria. «Apunto al próximo año sacar el oro en la Iberoamericana U18, ya es mi último año en esa categoría. También tengo una meta más próxima, que es hacer el récord nacional de menores en atletismo. La marca es 54.07 y estoy a cuatro puntos muy cerca», finaliza nuestro atleta.