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Erhu y violín: diferencias y similitudes entre ambos instrumentos

Conversamos con Leonardo Clemente Acosta, docente y músico profesional, para profundizar un poco más acerca de los orígenes de estos instrumentos, su sonido y el impacto de su enseñanza en el colegio

Semejantes y distintos al mismo tiempo, el erhu y el violín conviven en armonía entre las aulas de nuestro colegio. El primero, presente desde 2016 gracias a una donación hecha por la primera dama china, la Sra. Peng Liyuan, y el segundo residente desde hace cinco años en nuestros talleres de arte. Conoce un poco más acerca de estos fascinantes instrumentos y su enseñanza en Juan XXIII.

Similitudes y diferencias

El erhu tiene como origen la China de hace mil años, mientras que el violín se popularizó en Europa en el siglo XVI, luego de la evolución del revet y la viola, así lo explica el profesor del taller de violín, Leonardo Clemente Acosta. Aunque ambos son instrumentos de cuerda frotada, tienen diferencias en cuanto a su estructura y sonido: el primero elaborado en madera y que en la parte delantera —es decir, en la caja armónica— lleva una membrana de piel de serpiente pitón, lo que le da un sonido muy especial y propio. En cambio, el violín es fabricado y ensamblado íntegramente por madera compacta y madera entrelazada

Dos claras diferencias que anota el profesor son el número de cuerdas y el tipo de arco que lleva cada instrumento: cuatro cuerdas en el caso del violín y dos en el erhu. En cuanto al arco, en el violín funciona casi como un artículo extensivo del brazo, que se apoya sobre las cuerdas para producir el sonido, mientras que en el erhu este se ubica dentro de las dos cuerdas.

«Hay entonces más disponibilidad a tener otro punto de equilibrio. Es prácticamente otra técnica en la que uno tiene que jugar con la tensión, con el juego de distribución de distancias para lograr un sonido óptimo», comenta el profesor. Además, detalla que el violín se toca por un solo lado de las cerdas, en cambio el erhu juega con ambos lados de las cerdas, convirtiéndose en «lo más retador para alguien que está aprendiendo este instrumento».

Eso sí, aunque el sonido se produce al momento de rozar las cerdas con la cuerda, «depende de la tensión y la flexibilidad de las manos para que sea auténtico». Como dato curioso, además, los erhu son la cabeza de la orquesta oriental, al igual que en la orquesta sinfónica europea encontramos a los violines como parte esencial. 

La lógica de cada instrumento

El profesor Leonardo, quien además es músico profesional, precisa que ambos instrumentos manejan notaciones musicales distintas. «Los instrumentos tradicionales chinos manejan la notación musical jianpu. A diferencia del pentagrama, que son las líneas y que utilizamos en el violín, ellos los llaman por grados tonales. Ha sido una aventura entender la notación musical china y su esencia, porque musicalmente hay muchos estilos y formas tradicionales y absorber esas influencias ha sido bastante retador», recuerda Leonardo quien también aprendió erhu de la mano de los grandes maestros chinos que llegaron a nuestro colegio el año pasado.

Así, recuerda que tanto el violín como el erhu son instrumentos muy personales y se adaptan a cada alumno. «El violín es como un zapato, según la talla y longitud del brazo puede variar, para los pequeños son reducidos y para los chicos grandes la talla es estándar. En el caso del erhu todos tienen un mismo tamaño pero el ajuste del jiayin (cinta que amarra el traste con las cuerdas) es lo que va a dar la longitud del agarre o de la posición de la mano», expresa.

Seguridad y sensibilidad

Por otro lado, el docente en los talleres Summer Skills de enero destaca como beneficio de la práctica de estos instrumentos la adquisición de habilidades como memoria, concentración y sensibilidad. «La música ayuda a nutrir más áreas de la vida de los niños y a que ellos tengan lo primordial: la seguridad. Un niño seguro puede desarrollarse y la música es beneficiosa para su vida personal», asegura.

Así, menciona como ejemplo el grupo de estudiantes de erhu, quienes son constantes y disciplinadas en cada clase, ya que tener un reto las motiva a seguir avanzando. «Las habilidades que van ganando las aplican en otras áreas académicas», finaliza el profesor Leonardo.