Estos recorridos por diferentes puntos de Lima permiten que los estudiantes conecten con la historia, la naturaleza y la cultura de manera vivencial.
Las visitas de estudio han sido, desde hace décadas, una herramienta fundamental en la formación de los estudiantes de nuestro colegio. Desde sus inicios en el colegio, hace más de cuarenta años, estas experiencias han buscado que los alumnos experimenten de cerca lo que se aprende en clase, dejando un impacto positivo en su desarrollo estudiantil.
La metodología detrás de estas visitas ha evolucionado con el tiempo. Actualmente, se planifican con un enfoque interdisciplinario, lo que permite que distintas áreas se complementen. Dependiendo del grado, se determina el propósito del recorrido, abarcando aspectos históricos, ambientales, artísticos o científicos.
«No es solo una experiencia teórica, sino también vivencial», agrega Miss Teresa, jefa del área de Ciencias Sociales, quien explica además que se busca que los alumnos interactúen activamente en los recorridos, haciendo preguntas y generando productos a partir de lo aprendido.




A pesar de los desafíos logísticos, la planificación es clave para garantizar el éxito de estas actividades, las cuales permiten una mayor riqueza en el aprendizaje. «Cada año se programa una visita por grado, con fechas establecidas desde el inicio del calendario escolar», detalla la docente. Esto permite coordinar con los lugares de destino y asegurar una experiencia bien organizada para los alumnos.
En ese sentido, las visitas de estudio son una estrategia clave en la educación impartida en Juan XXIII, promoviendo el aprendizaje significativo a través de la experiencia directa. Más allá de transmitir conocimientos, estas actividades fomentan la curiosidad, el pensamiento crítico y el sentido de pertenencia y cultura del país.





