Luego de un admirable desempeño, la escolta 2024 se despide dándole la posta a la nueva generación de estudiantes que representará al colegio en las actividades institucionales del próximo año.
El lunes 16 de diciembre se llevó a cabo el tradicional cambio de escolta en el patio principal de nuestra institución. En una emotiva ceremonia, nuestros alumnos de 5° de secundaria le dieron la posta a sus compañeros del cuarto año, quienes representarán a Juan XXIII en todas las actividades cívico patrióticas del 2025.
Desde las diez de la mañana, estudiantes, padres de familia y directivos de nuestra institución se dieron cita para presenciar el relevo de promociones liderado por los brigadieres Salvador García y Arantza Gomez, del 5to “B” de secundaria. Ambos, junto al resto de sus compañeros, entregaron el estandarte del colegio y del Perú, así como la indumentaria respectiva a los nuevos integrantes y sus nuevos líderes, Freddy Mas y Jiayi Huang, estudiantes de 4to “A” y “C” de secundaria, respectivamente.
Viaje de escolta
Durante el presente año, Salvador y Arantza representaron al colegio con orgullo y compromiso. Ambos fueron conscientes que al ser elegidos brigadieres, luego de un arduo proceso de selección y preparación, debían actuar con responsabilidad para guiar a sus compañeros, impulsarlos a ser mejores y apoyarse mutuamente en lo que necesitaran como una comunidad unida.
«Mis compañeros de escolta son prácticamente mis hermanos. Si uno se equivocaba teníamos que repetir, si uno estaba mal vestido, teníamos que correr a corregir», comenta Salvador sobre la reciprocidad y la ayuda mutua que vivieron durante todo el 2024.
Por su parte, Arantza recuerda con emoción el cambio de escolta con la promoción 2023 y cómo inició su viaje como brigadier. «Para mi estar en la escolta fue un logro y una alegría que no puedo describir. Ser brigadier es representar a la escolta y ser escolta es representar al colegio. El día del cambio con la escolta anterior, me preparé bien porque tenía la responsabilidad de guiar a mis compañeras. Y el brigadier tiene los atributos para liderar a todo el equipo. No es sencillo ser escolta, es un mérito. Es un recuerdo que llevaré para toda la vida», señala.
En aquel momento, entre nervios y entereza, los jóvenes estudiantes recibieron una gran responsabilidad que el último lunes finalmente transfirieron a Freddy Mas y Yiaji Huang. «[En la ceremonia] me sentí uno más de cuarto. Recordé y vi el reflejo de lo que fuimos en algún momento. Fue emocionante ver el cierre de una etapa, el cumplimiento de un ciclo, unos tienen que ir saliendo y entregar el puesto a otras personas», expresa Salvador.
Un rastro de nostalgia también sintió Arantza al escuchar por última vez su nombre como brigadier general y entregar la bandera del colegio a Jiayi. «Cuando entraron sus papás para colocarles sus implementos de escolta me puse a llorar. No controlé recordar cuando mis papás hicieron eso y me dijeron lo orgullosos que estaban de mi. Sentir que ellos estaban viviendo lo que yo sentí el año pasado, al gritar y al marcar cada paso de escolta, fue emocionante», detalla.
Nuevos comienzos
Cumplidas de manera sobresalientes su tareas como brigadieres, los recién egresados dejan la escolta con la firme convicción que la unidad y el esfuerzo seguirán vivos a través de Freddy, Yiaji y sus compañeros de escolta. «Hemos dejado en muy buenas manos el puesto de brigadier y a la escolta», indica Salvador. En tanto, Arantza aprovecha el espacio para recordarles, una vez más, que aunque el brigadier tiene una gran responsabilidad, se requiere el compromiso de todas las integrantes de la escolta para que esta funcione como una familia.
Los nuevos brigadieres reciben honrados la tarea de representar al colegio en las próximas presentaciones institucionales, así como representar en espíritu los valores del estudiante Juan XXIII. «Somos la nueva cara del colegio. Poder llevar el estandarte nacional y el del colegio es un honor, y se necesita mucho valor para portarlos», señala Freddy Mas.
Desde pequeño, Freddy supo que quería ser parte de la escolta. La primera vez que los vio en el patio principal, quedó impactado y, desde muy corta edad, se propuso portar esa bandera. Así que, al ingresar a tercero de media, se preparó académica, deportiva y extracurricularmente para precalificar y progresivamente ser seleccionado. El día de la prueba, ni el malestar de garganta ni los nervios pudieron detenerlo y dio lo mejor de sí hasta escuchar su apellido seleccionado como brigadier. «Llamé a mi mamá para contarle, ella también fue brigadier de su colegio. Llegué a casa y abracé a mi papá, mi abuelo también era brigadier de policía. El poder cumplir con tanta trascendencia que tiene mi familia en ese campo me hizo feliz», señala el estudiante.
Por su parte, Jiayi inició su preparación a inicios de este año. Cuando salió la lista de preselección, a finales de octubre, asistió a cada práctica, apuntó cada consejo y persistió. Cuando le confirmaron su selección, escuchó atenta cada ‘tip’ brindado por Arantza y el profesor Alex Nole. Pese a estar en simultáneo en ensayos para la presentación de erhu en la Cena de Gala durante el Foro APEC, continuó asistiendo.
«Todos nuestros esfuerzos dieron fruto para llegar a estar ahí [en la ceremonia]. Guardo conmigo los consejos que me dieron al momento de ser elegida: llegar temprano, bien uniformada, vocalizar bien e imponer fuerza para que todo el mundo pueda escuchar con claridad un comando», concluye Yiaji.
Se acaba una etapa pero llegan nuevas. Tanto los brigadieres como el resto de la escolta saben que, aunque este capítulo se acabó, cada uno dará lo mejor de sí en los próximos retos que se presenten: tanto en el colegio, para quienes se quedan, como en su próxima vida universitaria, para quienes se van.
Esta y otras historias en la edición 34 de nuestra Revista J23