Contando con la presencia de maestros de su época estudiantil y un recorrido especial por los pasillos y aulas que los acogieron hace más de cuatro décadas, nuestra promoción XIII vivió una emotiva y gratificante jornada de remembranzas.
Una mañana llena de recuerdos, risas, reflexión y alegría se vivió el pasado viernes 6 de septiembre en las instalaciones de nuestro colegio, fecha en la que nuestra promoción de 1984, la décimo tercera de la institución, celebró su aniversario número 40. Un total de 50 exalumnos, acompañados por cinco de sus maestros, volvieron a su alma máter para dar inicio a las actividades de conmemoración por sus Bodas de Rubí.
La celebración inició a las 9 a.m. con una misa que ofició nuestro “Padre Pachi”, continuando con un recorrido por el colegio en el que los miembros de nuestra promoción XIII fueron testigos del notable crecimiento de Juan XXIII tras cuatro décadas desde su egreso, visitando nuevos y emblemáticos espacios, como el salón de robótica.
«Los sentimientos fueron de nostalgia y de cariño al recordar todas las anécdotas en cada rincón que todavía se mantiene, las travesuras, juegos, las cosas que pasaron. Y, a la vez, de admiración, porque el colegio ha cambiado mucho y para mejor, se ha desarrollado y se ha posicionado muy bien», explicó nuestra exalumna, madre de familia y organizadora del reencuentro, María Teresa Queirolo.
Luego del tour por la institución, disfrutaron de una clase modelo a cargo de su entonces profesora de Ciencias Naturales, la Miss Marina Urquizo, quien a pesar de estar cerca de cumplir los 80 años, logró cautivar a cada exalumno con una valiosa lección sobre el autocontrol para afrontar las diferentes situaciones que se cruzan en la vida. Fue un momento de reflexión y memorias al volver a las aulas.
La jornada culminó con un ágape ofrecido por la institución a todos los participantes, además de la entrega de una donación por parte de la promoción XIII al colegio. «Un momento muy significativo fue cuando estuvimos en una de las aulas y hubo unas palabras de la Miss Jennifer, la directora, y terminamos cantando el himno del colegio. A algunos se les cayeron algunas lagrimitas», relató María Teresa con emoción.
A pesar de los cambios a nivel de infraestructura, ella destaca que el colegio mantiene los valores y fraternidad transcurridos 40 años. «El colegio trabaja mucho a nivel familiar, tanto así que decidí poner a mis hijos aquí, porque era regresar y encontrarme con gente que conocí desde niña, es como volver a casa. Es lo que se fomenta en el colegio y se ve en todas las promociones que van saliendo», finalizó.
