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Jim Li Lin Way: Orgullo peruano en París

Por primera vez, un peruano fue juez de gimnasia artística masculina en los Juegos Olímpicos. Conoce la historia de Jim Li Lin Way, nuestro exalumno de la Promoción 26.

La relación de Jim Li Lin Way con la gimnasia empezó durante sus años de estudiante en Juan XXIII. Han pasado los años, pero aún recuerda lo mucho que le gustaba entrenar y competir. Luego, al graduarse, el entrenador Augusto Durán lo invitó a dar clases a los grupos de la academia. «Al conocer el deporte, me fue más fácil enseñarlo. Así me fui involucrando cada vez más», recuerda nuestro exalumno.

Desde su rol como instructor, Jim pudo calificar a diversos campeonatos y conocer al detalle las reglas del deporte. «Me beneficiaba mucho porque de esta manera sabía en qué te ponían o quitaban puntaje», afirma. Esa misma experiencia, con el tiempo, lo motivó a convertirse en juez.

Empezó como árbitro de Adecore, luego pasó a los campeonatos nacionales y fue escalando hasta que, en 2006, logró ser juez internacional, título que mantiene hasta la fecha.

Es importante destacar que los jueces internacionales deben renovar su acreditación cada cuatro años, tomando cursos y rindiendo exámenes para mantenerse al día con las constantes actualizacionesenestadisciplinayasegurar, así, que solo los mejores sean seleccionados.

Por ello, después de haber participado en panamericanos, copas del mundo, campeonatos mundiales y haber sido nombrado entre los 46 mejores árbitros del mundo por la Federación Internacional de Gimnasia (FIG), Jim recibió la invitación para los Juegos Olímpicos París 2024.

«Estoy muy contento y emocionado, ya que es la primera vez en la historia del Perú que un juez de gimnasia artística masculina participa en el arbitraje de los Juegos Olímpicos; es lo más alto a lo que se puede llegar en el deporte», expresa con orgullo.

En este camino, el apoyo de su familia y amigos fue fundamental. Aunque la distancia puede ser difícil, pues él radica en Estados Unidos, ellos siempre le han brindado aliento desde donde estén, en especial su mamá. Hoy nuestro exalumno asegura que no solo lleva consigo la bandera de Perú a las Olimpiadas, también la de Juan XXII, el lugar en el que pasó imborrables momentos y aprendió mucho más de esta disciplina. Su historia es un ejemplo de cómo la pasión y perseverancia te llevan a alcanzar las metas que te trazas.