En un ajustado e intenso encuentro, nuestros muchachos nos llenaron de orgullo tras disputar con garra, entrega y disciplina cada punto en la final celebrada en el coliseo del colegio ante el conjunto del Santa María Marianistas.
¡Con la frente en alto! El pasado sábado 13 de julio, en el coliseo de nuestra institución, se disputó la final del torneo Adecore de la categoría vóley mayores, en el cual enfrentamos al colegio Santa María Marianistas en un intenso y apretado compromiso.
Acompañados por su fiel hinchada, nuestros muchachos lograron quedarse con el primer set. Sin embargo, cayeron por la mínima diferencia en los dos siguientes, consiguiendo la medalla de plata en lo que significó la última edición de la competición para la mayor parte de esta talentosa generación.
«Este equipo viene trabajando desde el 2020 y son muy disciplinados, estoy orgulloso de los chicos que están saliendo ahora de quinto, porque mostraron desde un inicio hasta el final su compromiso y amor por el colegio y el deporte. Nunca faltaron a los entrenamientos y siempre demostrando compromiso», destaca nuestro entrenador, Bruno Stucchi, quien —a pesar del resultado adverso de la final— considera que fue el partido en el que mejor se representaron las fortalezas, ambición y unión del grupo. «A pesar de que esta final no la pudimos ganar, hemos jugado un muy buen partido ante Santa María, que también era un buen equipo, pero me voy con esa sensación de que lo dimos todo. Los chicos lo dieron todo», remarca con orgullo y satisfacción de formar parte del equipo.
El mismo balance comparte el capitán, Mathias Cotillo Parvina, quien lejos de sentirse decepcionado por no poder obtener el oro en su último Adecore, resaltó el arduo trabajo de todo el grupo para competir hasta el final. Nuestro estudiante recuerda que, en la primera instancia del torneo, cayeron ante este mismo rival. Así, no solo se dedicaron a entrenar, también a estudiar a su oponente. «Analizamos nuestro partido, vimos los errores técnicos de cada uno, marcamos nuestros puntos y Bruno nos comentaba qué teníamos que mejorar. Reducir esa brecha nos iba a llevar a ganar», revela Wilber Suni Cahuata, parte del equipo y alumno de quinto de secundaria.
Tanto Mathias como Wilber comparten la impresión de que este grupo ha sido como una segunda familia, juntos en el triunfo y la adversidad. «Parte del deporte es saber perder y eso también se lo he dicho a todos, que no tienen por qué sentirse mal por perder un partido o un campeonato, porque hay muchos más. Y no hablo solo del tema deportivo, siempre tendremos luchas, ya sea en los deportes, en los estudios o el trabajo, así que esa garra de querer salir adelante debe estar presente en todo aspecto», destaca Mathias.
Como mensaje final hacia las nuevas generaciones de deportistas que les tomarán el relevo, ambos se sienten entusiasmados por el talento y pasión que también han heredado. Saben que han puesto la valla en alto, pero confían en que sus compañeros podrán superar sus éxitos. «Ellos tienen una trayectoria impresionante y aún tienen mucho por aprender. Lo más importante es la humildad, cuando ganas y cuando pierdes. La humildad siempre te hace mejorar como persona», sentencia el capitán.