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«Un viaje que nos ha cambiado la vida»: Nuestros elencos de erhu y danza china relatan su experiencia de intercambio cultural en Beijing

El Gran Teatro Nacional de China recibió en su imponente escenario a nuestros estudiantes y exalumnos seleccionados para este histórico viaje, donde lograron potenciar su talento artístico y, además, convivir con la milenaria cultura china.

Desde el 27 de julio hasta el 12 de agosto, nuestros elencos institucionales de erhu y danzas chinas tuvieron la inmejorable oportunidad de participar del campamento de intercambio cultural de jóvenes sino-foráneos Beijing China, un proyecto posible gracias al generoso apoyo de la Embajada y Cancillería de la República Popular China en el Perú, el Ministerio de Cultura y Turismo de China, y el Ministerio de Asuntos Exteriores de China, para fortalecer la interculturalidad que ofrece nuestro colegio.

Motivación por la interculturalidad

«Nos habían dicho que iba a haber bastante influencia china y que iban a traer nuevos profesores, pero no nos habían comentado qué profesores», explica Fernanda Azabache, estudiante de primero de secundaria e integrante del elenco de erhu, al ser consultada sobre sus expectativas cuando decidió, este año, incorporarse al taller. Ella siempre buscó estar en contacto con las artes, así que vio en el denominado “violín chino” una oportunidad ideal para, además, aprender más de esta milenaria cultura.

La llegada de maestros chinos al iniciar el año fue, en ese sentido, un gran aliciente para que aumente el interés de nuestros alumnos en seguir aprendiendo tanto el erhu como las danzas chinas. Así fue como Kiana Salgado, de cuarto de secundaria, sintió que era el momento de retomar este talento que había cultivado desde Inicial, pero que la pandemia detuvo: «Con la llegada del maestro Di, nos volvieron a seleccionar para el elenco de danzas chinas y aún tenía esa pasión que había dejado en pausa», relata.

Ese entusiasmo, constancia y disciplina de cada estudiante con la incorporación de los docentes chinos se tradujo en un notable progreso que resultó en la invitación del Ministerio de Cultura y Turismo de China para que nuestros elencos ensayen y se presenten en Beijing para representar no solo a la institución, sino también a todo el país. Una oportunidad única que, a sus trece años y en su primer año practicando erhu, Sofía Herrera, de primero de secundaria, no creía posible que se le concediera a ella.

Su experiencia previa tocando el violín, considera, le facilitó el aprendizaje, además de los estándares de excelencia que le inculcaron los maestros chinos. Docentes que, en su país, eran también reconocidos y aclamados, lo que permitió que nuestros elencos ensayen en ambientes altamente especializados en la Escuela de Bellas Artes de Beijing, además de ser invitados a ofrecer una presentación en el Gran Teatro Nacional de China, conocido como “El Huevo”, por su impresionante arquitectura.

«Además de haber ampliado mi conocimiento sobre la cultura china y mis habilidades en la danza, gracias a los profesores también he mejorado como persona. Es un viaje que me ha cambiado la vida», es cómo resume Kiana esta experiencia. Una visión que comparten sus compañeras, quienes no solo reconocen la oportunidad de seguir potenciando su talento bajo las mejores metodologías de aprendizaje, sino también el puente cultural con China.

«Quisiera agradecer a la directora por esta oportunidad, a los profesores que me han enseñado por darme una oportunidad de ir a conocer su país, y, por supuesto, a la Embajada China», destaca Fernanda, ya que además de sus ensayos, tuvieron la oportunidad de visitar representativos monumentos y lugares como el Palacio Imperial de Beijing, la Gran Muralla China, las ciudades tradicionales conocidas como los Hutong, pasear en crucero por el río Yangtzé y conocer malls de alta modernidad.

Finalmente, Fernanda considera que este viaje también le ha permitido a ella y a muchos de sus compañeros ser más autosuficientes: «Siento que este ha sido un gran paso para poder madurar, porque estuvimos dos semanas separados de nuestras familias. Nos dio una visión de ver hasta qué punto podíamos cuidarnos nosotros mismos», reflexiona. Un intercambio que, gracias a su impacto artístico, cultural, personal, social y académico, nuestros elencos van a poder atesorar por toda su vida.